Después de una semana de paz y ser servido como un rey en San Miguel, vuelvo a Buenos Aires. Con el interés agregado de que nos quedamos sin la empleada que venía todos los días a ayudar con la casa y con los chicos.
¿Qué significa eso? Que amen de los bolonquis de esta casa, voy a tener que pasar horas y horas cuidando a Franco, y mi paciencia va a ser puesta a prueba al límite.
No se confundan eh, los amo a mis dos hermanos, fueron practicamente LA razòn que me hizo volver a BSAS y no quedarme allá. Pero estar 4 horas (no exagero eh, de verdad 4 horas) cuidando a un chico que quiere tocar todo lo que no puede tocar y enseguida llora, puede ser muuuy fastidioso.
Como muestra un botón: A las 10:45 llegué de San Miguel. Dormían los chicos, hablé un rato con mi madrastra sobre las novedades de esta semana, a las 11, se despierta Sofía, mi hermanita de 6 meses. La cargo al hombro, prendo la tele y empiezo a dar vueltas, porque si me siento o me quedo quieto llora.Recién a las 12, se la lleva mi madrastra para ir a dormir.
Acabo de llegar y es un domingo a las 11 de la noche, mañana, cuando mis viejos laburen, los voy a tener a los dos encima tooodo el tiempo.
Los amo eh, de verdad, el otro día sin motivo alguno lo llevé al nene (1 año y 7 meses)a la plaza, caminando los dos, estuvimos dos horas y fue muy muy lindo, pero (aunque suene cruel) yo no pienso tener hijos hasta los 35... no me los carguen ahora...
No hay comentarios:
Publicar un comentario