Qué bien me hizo ir a música. Con mi maestro, Juan Pablo.
Mi maestro.
Relamente, me despejó tanto la cabeza como cuando fui al recital de La Franela (una vez más, la música...).
Me doy cuenta que le vengo fallando al encare, al metodo de encarar estos días.
Malos pensamientos solo atraen tristeza. Tengo que encarar las cosas más positivamente, y todo va a mejorar.
Hoy fue un día para el olvido, pero Juan Pablo y esa hermosa Washburn me levantaron el ánimo. (además de la buena siesta).
Así sí puedo ir a lo de guala con toda la pila.
No hay comentarios:
Publicar un comentario